Los instrumentos financieros son la esencia de los mercados financieros mundiales. Sin ellos, no existiría un adecuado funcionamiento. Se trata de los activos que, inversores y traders, negocian en los diferentes mercados. Si usted participa del mercado Forex y abre una posición larga para el par de divisas EUR/USD, este será un instrumento financiero. Está comprando euros y vendiendo dólares. Del otro lado, aunque usted no pueda verlo, hay alguien vendiéndole sus euros y recibiendo los dólares.

Existen diferentes tipos de clasificaciones para los instrumentos financieros. Algunos asumen la forma de efectivo y otros, constituyen una promesa de entrega o recepción de dinero u otro activo.

En una entrega anterior de Club de Capitales analizamos los diferentes tipos de mercados financieros. Ahora, es el turno de conocer lo que estará en juego en esos mercados cada vez que se realiza una transacción.

Entendiendo los instrumentos financieros

Una definición más o menos exacta sobre qué son los instrumentos financieros nos diría que son contratos. No importa si son reales o virtuales. Vinculan a dos partes y aseguran un flujo de capital en forma de activos.

Tomamos el ejemplo más sencillo. Cada acción de una empresa es un instrumento financiero. Se trata de un contrato que vincula al poseedor de esa acción con la empresa que la emitió. Para lograr ese vínculo, el accionista debió pagar y el destinatario final de ese dinero es la empresa. aunque en un principio esto no aparezca muy claro.

Hagamos un pequeño listado de los instrumentos financieros más conocidos en los mercados:

  • Acciones
  • Fondos Cotizados en Bolsa (ETF)
  • Bonos y títulos de deuda diversos
  • Certificados de Depósitos (CD)
  • Fondos Mutuos
  • Contratos de futuros
  • Contratos de opciones
  • Swaps
  • Valores respaldados por hipotecas (MBS)
  • Pares de divisas del mercado Forex

El listado podría ser mucho más extenso. Pero, solo hemos querido reflejar, a modo de ejemplo, a qué nos referimos cuando hablamos de instrumentos financieros.

Existen tres grandes grupos en los que se pueden agrupar los instrumentos. Los denominados de efectivo o capital y son los que involucran a cualquier activo de valor inmediato como una acción. Luego, existen los productos financieros basados en deuda. Estos, generan un pasivo para el prestatario y un derecho a cobrar para el prestamista. Los bonos del Tesoro de EE. UU. son un ejemplo.

Para algunos analistas, los instrumentos financieros de divisas conforman un tercer grupo particular.

Siempre que usted adquiere un instrumento financiero, se genera un activo financiero para usted y un pasivo para otra entidad.

¿Cómo podemos clasificar a los instrumentos financieros?

Existen varias formas de clasificar los instrumentos financieros. Estas, refieren a distintos aspectos que analizaremos a continuación. Debido a la variedad de productos financieros existentes en los mercados, toda clasificación puede resultar incompleta.

Se puede dividir a estos instrumentos de acuerdo con su nivel de riesgo, por ejemplo. Pero, esta clasificación podría cambiar conforme se modifiquen las condiciones de la economía o, simplemente, del emisor del instrumento.

De todas formas, intentaremos sistematizar una clasificación básica.

De acuerdo con su naturaleza

Esta es, tal vez, la clasificación más importante para los instrumentos financieros. Aquí, la llave se abre en dos. Existen los instrumentos de capital y los basados en deudas.

Los instrumentos de capital son todos aquellos que determinan la participación del poseedor en la propiedad de bienes. Un ejemplo de esto son las acciones, que indican la propiedad de una parte de la empresa.

Los instrumentos financieros basados en deuda representan préstamos que, al vencimiento, deben ser devueltos por parte del prestatario. Por haber prestado dinero, el prestamista recibirá una compensación que, generalmente, son intereses.

Instrumentos financieros según sus plazos

Esta clasificación es bastante sencilla de comprender y nos indica que existen instrumentos de corto plazo y de largo plazo.

Los de corto plazo son aquellos que se efectivizan o tienen un vencimiento inferior a un año. Por ejemplo, algunos títulos de deuda del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.

Aquellos productos que superan el año se consideran de largo plazo. Los bonos y acciones son ejemplo de este tipo de IF.

Basados en su liquidez

Una clasificación que todo trader o inversor debe hacer sobre cualquier instrumento financiero tiene que ver con la liquidez. Este aspecto de todos los productos financieros nos refieren a la facilidad o la dificultad que encontraremos en el mercado para comprar o vender el instrumento.

Un instrumento financiero es considerado líquido cuando, en el mercado, encuentra la mejores condiciones para comprarse o venderse. Esto se debe a la existencia de una gran cantidad de participantes interesados en el IF y un buen volumen de operaciones. Gracias a la buena liquidez, un inversor podrá adquirir con rapidez el instrumento. Lo mismo ocurre si necesita deshacerse de él. Las acciones de grandes compañías son un ejemplo.

Los instrumentos poco líquidos son más difíciles de negociar en el mercado financiero. A la hora de adquirirlos es posible que no encuentre ofertas disponibles. En el caso de que quiera venderlos, la demanda es baja. Algunos pares de divisas exóticos o los títulos de deuda de compañías con baja calificación crediticia integran el grupo de instrumentos financieros sin liquidez.

Clasificación basada en el riesgo

Otra forma que podemos clasificar los instrumentos financieros es en base al riesgo que implica invertir en ellos. El riesgo hace referencia a las posibilidades de perder dinero en esa inversión.

Existen activos de alto riesgo, riesgo medio y bajo riesgo. Como señalamos al principio, esta clasificación puede variar. Un instrumento financiero que hoy se considera de bajo riesgo, mañana podría dejar de serlo.

En la actualidad, los instrumentos de menor riesgo son los títulos de deuda del gobierno de Estados Unidos. Esto se debe a que se considera al gobierno federal un buen pagador de sus deudas.

En el otro extremo, las acciones o activos de renta variable se consideran inversiones de mayor riesgo. La volatilidad del mercado los afecta con fuerza.

Instrumentos financieros derivados

Los productos que se negocian en el mercado de derivados tienen una particularidad. El valor y las características dependen de otro instrumento financiero que se denomina activo subyacente.

En esta clasificación incluimos a los contratos de futuros, opciones, Swaps y otros similares. Los derivados se negocian en bolsas especiales conocidas como mercado de futuros. Los contratos de derivados pueden incluir subyacentes como acciones, índices bursátiles, divisas, materias primas, etcétera.

También podemos encontrar instrumentos financieros derivados en los mercados extrabursátiles (OTC). Se trata de contratos privados, no estandarizados donde las partes acuerdan las condiciones de compra, venta y entrega del subyacente.

Los inversores y traders eligen sus instrumentos financieros de acuerdo con la finalidad que persiguen.

Algunos, utilizan estos productos como inversión y esperan obtener de ellos una ganancia. Otros, les asignan una finalidad de cobertura. Lo que se busca, en estos casos, es equilibrar potenciales pérdidas en otras inversiones. Quienes diversifican sus carteras cubren sus posiciones más riesgosas, como las acciones, con otras más conservadoras, es el caso de los bonos.

La selección de los instrumentos financieros responde a las características del inversor. Es necesario considerar la tolerancia al riesgo, el capital disponible y los objetivos al adquirir un producto financiero.

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