Iniciamos una serie de artículos destinados a conocer más en profundidad a los Exchange Traded Funds, comúnmente denominados ETF. Este tipo de activos financieros posee una corta historia si los comparamos con las acciones, los bonos y los commodities. El primero de ellos apareció formalmente en 1996 y con los años se ha transformado en un instrumento muy aceptado entre los inversores. Iremos conociendo sus características principales, su historia, además de las ventajas y desventajas que ofrece.
¿Qué es un ETF?
Formalmente, los Exchange Traded Funds son fondos de inversión. Sin embargo, por su forma de operar en los mercados financieros, este activo combina las ventajas de un fondo de inversión y de una acción. Por eso se lo denomina fondo cotizado.
Aclaremos esto. Un ETF es un fondo de inversión que nos permite invertir en un determinado activo subyacente, pero con la ventaja de que cotiza en la bolsa de la misma manera que una acción.
Un ETF se mueve en base a un activo subyacente. Puede ser un índice bursátil, una divisa o una materia prima. Si compramos una participación en un Exchange Traded Fund cuyo activo subyacente es el índice S&P 500, este fondo cotizado se moverá de acuerdo al movimiento del índice al que refiere.
Hasta la aparición de estos activos financieros, si un inversor deseaba invertir en un activo subyacente debía hacerlo a través de un contrato de futuros o un fondo de inversión. Esto limita al inversor a entrar y salir del activo cuando lo desee. Al cotizar en la bolsa, un tenedor de una participación en un ETF puede entrar y salir de él en el mercado secundario.
Composición del precio de los Exchange Traded Funds
Si consideramos que los ETF combinan las formas de operar de un fondo de inversión y de una acción, los Exchange Traded Funds tendrán dos precios.
El primero de ellos será el precio teórico. Este precio esta formado por la cotización del activo subyacente, las comisiones y los dividendos. Pero, debido a que podemos comercializar los ETF en el mercado secundario habrá un precio que se formará por la oferta y la demanda.
Las compañías gestoras de estos fondos cobran a los inversores comisiones de gestión y depósito, esto disminuye la participación en el ETF. Pero es conveniente aclarar que estas comisiones son más baja que en los fondos de inversión tradicionales. Esto debería considerarse una ventaja.
Por otra parte, no existe una inversión mínima. Cuando ingresamos en un ETF se compran participaciones enteras y cada participación tiene un precio bajo. Los Exchange Traded Funds son considerados como una buena opción para los inversores. Para los pequeños y medianos inversores es una alternativa para diversificar su cartera.
Además de los ETF tradicionales, a los que llamamos simples, existe los ETF inversos y los apalancados. En los próximos artículos iremos desarrollando en profundidad cada uno de ellos.
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