De forma genérica, solemos referirnos como mercados a todos los espacios donde se negocian valores o activos financieros. Y más allá de la forma en que los denominamos, sabemos que existen mercados para cada tipo de activos. Ejemplo, mercado de divisas o Forex, mercado de valores, etcétera. Al mismo tiempo, los mercados se dividen de acuerdo con la instancia de comercialización de los activos. Existen, un mercado primario y un mercado secundario. En esta oportunidad vamos a conocer a ambos y qué funciones cumplen. También conoceremos que tipo de participantes actúan en los mercados primarios y secundarios.
Mercado Primario
Los mercados financieros cuentan con dos instancias de negociaciones de los activos. El primero de ellos es el mercado primario. Luego, existe el mercado secundario. Ambos cumplen funciones muy trascendentes y, al menos por ahora, uno no podría funcionar sin el otro.
El mercado primario es un espacio de comercialización donde los activos financieros aparecen por primera vez en el mercado. Algunas definiciones sostienen que es el espacio donde se crean los valores, pero la realidad es que esos valores ya existían y ahora estarán a disposición de los inversores y el público que desee participar.
El ejemplo más ilustrativo de un mercado primario es la Oferta Pública Inicial para el mercado de valores. Cuando una empresa decide “hacerse pública” significa que sus acciones se comercializarán en la bolsa de valores. Sin embargo, antes de eso se realizará una primera venta inicial a grandes inversores en el mercado primario.
En esta instancia, las empresas que lanzan sus acciones en el mercado primario reciben, a cambio de ellas, una fuerte inyección de capital para sus proyectos.
Las diferentes ofertas en el mercado primario
Ya mencionamos a la Oferta Pública Inicial (OPI) como una de las formas en las que opera el mercado primario. Es aquí donde grandes participantes del mercado adquieren los valores para, luego, volcarlos al mercado secundario donde podrán ser negociados por inversores y traders,
Existen, además, en el mercado primario otros tipos de ofertas. La colocación privada de valores es uno de ellos. Este tipo de oferta en el mercado primario permite que las empresas coloquen acciones – u otros valores – de forma directa a grandes inversores. Por lo general, ese tipo de inversores recibe un “precio promocional” por comprar de manera directa y privada.
La asignación preferencial de acciones es otra metodología de oferta. En este tipo de oferta los activos son destinados a inversores seleccionados. Los favorecidos por esta selección son grandes instituciones financieros, fondos mutuos o de cobertura. Para que esta oferta sea atractiva, los inversores reciben los valores a un precio promocional inferior al que pagará el público en general.
Las empresas y gobiernos interesados en tomar deuda ofrecen bonos con cupones de intereses en el mercado primario.
A manera de conclusión digamos que, en el mercado primario, los inversores compran de manera directa los valores a los emisores.
Mercado secundario, una instancia posterior al mercado primario
Ya vimos cómo, en el mercado primario, acciones y bonos salen al mercado y quedan en manos de los grandes inversores. Luego, serán ellos los encargados de que esos valores lleguen al inversor individual en el mercado secundario.
Las bolsas de valores son ejemplos cabales de mercados secundarios. En esos espacios, los inversores y traders compran y venden los valores. Es allí donde rige en todo su esplendor la ley de oferta y demanda.
En los mercados de valores, quienes desean comprar acciones, por ejemplo, accederán al mejor precio de oferta. También podrán colocar acciones en venta, recibiendo el mejor precio que otros inversores están dispuestos a pagar.
Existe, también, un mercado secundario para títulos de deuda o bonos. Allí, se pueden comprar y vender estos activos sin esperar a la fecha de vencimiento del bono. Para entender cómo funcionan los precios de los títulos de deuda, es necesario conocer varios factores que influyen sobre ellos.
Dentro del propio mercado secundario, existen dos grandes categorías de funcionamiento.
El mercado de subastas
En el mercado de subasta, una categoría del mercado secundario, los inversores se reúnen para negociar acciones.
Esta categoría recibe esta denominación ya que todos los participantes expresan el mejor precio al que están dispuestos a comprar o vender un activo.
Esta declaración pública de los precios permite que la oferta y la demanda se desarrollen con total libertad. El mercado se vuelve más eficiente debido a este mecanismo. El ejemplo más conocido y destacado de un mercado de subastas es la Bolsa de New York (NYSE). Se trata del mercado bursátil más grande del mundo.
Si sumamos el valor de mercado de todas las empresas que cotizan en NYSE, la cifra es casi inimaginable: 26 billones de dólares.
La consideración principal es que, en los mercados de subastas, los inversores comprarán y venderán al mejor precio para ambas partes.
Dealer Markets
También conocidos como mercados de distribuidores, se diferencian de los mercados de subastas porque los negociantes no convergen en una misma ubicación. Quienes participan de este tipo de mercados secundarios están enlazados por plataformas electrónica o en línea. Aquí conviene aclarar que, la mayoría de los mercados, aun convergiendo en un espacio central se enlazan mediante plataformas electrónicas.
En este tipo de mercados, los distribuidores o dealers y los creadores de mercado poseen un importante inventario de acciones. Están dispuestos a comprar y vender a los inversores y traders. Sus beneficios provienen del diferencial que existe entre los precios de venta y de compra.
El ejemplo más reconocido de un dealer market es Nasdaq, aunque la dimensión adquirida hace que sea considerado una bolsa de valores.
Por fuera del mercado primario y secundario
Existen otros tipos de mercados que no pueden considerarse ni mercado primario ni mercado secundario.
Los conocidos como Over-The-Counter (OTC) son mercados extrabursátiles. En ellos se negocian acciones que no cotizan en las bolsas de valores tradicionales como NYSE, Nasdaq o American Stock Exchange. En resumen, son acciones que no han iniciado su camino en el mercado primario y que los inversores no pueden negociar en los mercados secundarios.
Por lo general se trata de las conocidas acciones de un centavo y de compañías pequeñas. Sin embargo, no debemos despreciar estos mercados, en ocasiones presentan niveles de rentabilidad más que interesantes. Tenga en cuenta que como características limitantes están la baja liquidez y la volatilidad de los precios.
Por fuera del mercado primario y del mercado secundario, oiremos hablar de los llamados tercer y cuarto mercado. Se trata de espacios de negociación donde grandes agentes de bolsa venden a grandes instituciones. Se trata de operaciones de grandes volúmenes mediante plataformas electrónicas extrabursátiles.
El tercer mercado reúne operaciones OTC entre agentes y grandes clientes. El cuarto mercado se trata de transacciones entre las propias grandes instituciones.
El mercado primario y el mercado secundario son indispensables para el adecuado funcionamiento de la rueda financiera. Se necesitan el uno al otro. Algunos de los mercados que hemos abordado en este artículo no afectan de manera directa al inversor particular. No obstante, conocer su funcionamiento permite tener una idea amplia de lo que ocurre en las diferentes instancias de negociación.
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