¿Cuáles son los motivos que convierten a un instrumento financieros en favorito para los inversores? Todos los productos que se pueden encontrar en los mercados financieros debieron recorrer un largo camino para llegar a ser aceptados. Los fondos cotizados en bolsa no son la excepción. De hecho, la historia de los ETF nos muestra un largo y sinuoso camino recorrido hasta llegar a ser lo que hoy conocemos.
A pesar del liderazgo de Estados Unidos en este tipo de inversiones, el primer ETF, tal como hoy los conocemos, nació en Canadá. 1990 fue el año del debut para estos instrumentos que poseen las características de un fondo mutuo, pero que cotizan en la bolsa de valores.
En la actualidad, los fondos cotizados en bolsa son instrumentos que entusiasman a inversores individuales e institucionales. La historia de los ETF es el reflejo de cómo los mercados se adaptan, en forma permanente, a los requerimientos de productos con altos niveles de rentabilidad.
Luego de nuestra Introducción a los Fondos Cotizados en Bolsa, repasaremos la historia de los ETF. Una buena manera de profundizar la información de un producto con el que podemos operar.
El comienzo de la historia de los ETF
Para conocer la historia de los ETF es necesario adentrarnos en los antecedentes que abrieron las puertas a estos instrumentos.
Esos antecedentes se remontan a una necesidad de los inversores de buscar instrumentos de inversión pasiva. Los mercados de valores distaban mucho de esto. Para ganar con las acciones había que tener una actividad regular, un seguimiento y un ritmo para comprar y vender acciones.
El otro antecedente que nos remite al nacimiento de los fondos cotizados en bolsa es la creación de fondos indexados. Instrumentos que ofrecían la posibilidad de obtener ganancias a partir de los cambios en los índices bursátiles.
En 1973, la Wells Fargo y American National Bank se aliaron para crear un fondo mutuo que rastreara un índice. Este nuevo instrumento estaba destinado solo a clientes institucionales de ambas entidades financieras.
El último día de 1975, John Bogle lanzará el primer fondo mutuo que rastreaba el índice S&P 500. Los mercados financieros observaron con desconfianza esta iniciativa. Es conocida, en la historia de los ETF, que esta audaz decisión fue bautizada como “la locura de Bogle”. En sus inicios, este fondo que se llamó First Index Investment Trust logró reunir 11 millones de dólares.
Actualmente, es conocido como Vanguard 500 Index Fund y posee activos bajo administración por 681 mil millones de dólares. Una “locura” que prosperó.
El primer fondo cotizado en bolsa
Hasta aquí, la historia de los ETF no nos revela el producto como hoy lo conocemos. Los fondos cotizados en bolsa tuvieron un ensayo fallido en 1989. Apareció en el mercado el Index Participation Shares que rastreaba al S&P 500.
Sin embargo, la justicia de Chicago consideró que este producto funcionaba como un contrato de futuros y, por lo tanto, debía negociarse en la bolsa de derivados.
Luego de este fracaso, la historia de los ETF nos lleva a Toronto, Canadá. En 1990 aparece el Toronto 35 Index Participation Units. Este instrumento rastreaba al índice TSE-35.
Las bases para los fondos cotizados en bolsa estaban sentadas. Los futuros pasos en la historia de los ETF nos llevan de vuelta a Estados Unidos.
El 22 de enero de 1993, State Street Global Investor lanza el primer fondo cotizado en bolsa. Se lo conoció como SPDR S&P 500 Trust ETF, también conocido como SPY. Este fondo cotizado sigue aún vigente y es uno de los más negociados en el mercado de los ETF.
En 1996, Barclays ingresó al negocio de los fondos cotizados en bolsa. Por su parte, Vanguard, la creación de John Bogle comienza a ofrecer los “nuevos” ETF’s a partir de 2001.
La evolución en la historia de los ETF
Desde Toronto, en 1990, hasta la actualidad, mucha agua ha corrido bajo el puente. Cuando en 1993 apareció en EE. UU. el primer ETF tuvo que ganarse su lugar en la historia.
Las estadísticas y registros nos señalan que, hacia fines de 2009, existían mil ETF en el mercado. Los informes más actuales indican que en el mundo, en 2020, existían más de 7 mil fondos cotizados en bolsa.
En esta historia de los ETF es importante mencionar que estos instrumentos comenzaron a competir con sus parientes cercanos. Los inversores, individuales e institucionales, tenían la posibilidad de elegir entre fondos mutuos y ETF.
En 2003, los activos bajo administración de los ETF superaron por primera vez a los fondos mutuos. Sin embargo, un análisis algo más profundo nos indica que los ingresos a fondos mutuos son superiores a los ETF con mercados en alza. Al parecer, los inversores prefieren los fondos cotizados en bolsa cuando existen señales de debilidad.
La historia de los ETF nos demuestra que un producto financiero se afirma en los mercados cuando responde de manera plena a las necesidades de los inversores. En la actualidad, los fondos cotizados poseen una amplia gama de activos subyacentes. Atrás quedaron los años de solo rastrear índices bursátiles. Hoy, sus inversiones van desde bonos, hasta activos en países emergentes. Divisas, materias primas, acciones de sectores industriales están en el arsenal de activos de los ETF.
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