Si alguien sin muchos conocimientos de economías nos preguntara ¿Qué es la hiperinflación? Diríamos que la economía de un país y los precios de los bienes y servicios se encuentran descontrolados. Este fenómeno de la economía es poco frecuente en los países desarrollados, aunque han ocurrido. Sí, se desenvuelven con mayor frecuencia en economías no desarrolladas o en vías de desarrollos. Existen ejemplos muy recientes de procesos de hiperinflación que abordaremos en esta entrega de Club de Capitales. Nos interesa el abordaje de este tema porque, al margen de que puede tratarse de fenómenos reducidos a un solo país, la onda expansiva puede afectar a los mercados internacionales.

¿Qué es la hiperinflación?

En entregas anteriores de Club de Capitales tuvimos la oportunidad de conocer más sobre inflación y deflación. Ahora es el momento de abordar un fenómeno dramático de la economía de un país o una región. Hablamos de la hiperinflación.

La hiperinflación es un proceso donde la inflación comienza a exhibir un aumento de precios descontrolado. Los bienes y servicios suben, incluso, más allá de las posibilidades de consumo de la población. Algunos especialistas hablan de que se ha ingresado en una etapa de hiperinflación cuando la tasa de inflación supera el 50% mensual.

Tengamos en cuenta que, en la mayoría de las economías desarrolladas, una tasa de inflación esperada ronda entre el 2% y 7% anual. Al menos en esos niveles se ubican los objetivos de los bancos centrales para determinar su intervención.

El descontrol de los precios de bienes y servicios provoca reacciones en la población y las empresas. De un lado, los consumidores tratan de acumular productos tratando de ganarle a la carrera de los precios. Del otro, las empresas hacen algo similar con su producción, intentando venderla a precios más elevados.

Es común observar, en los períodos de hiperinflación, la escasez de productos en los escaparates de supermercados y tiendas de abastecimiento. Las personas que poseen ahorros en bancos y entidades financieras ven como ese dinero se desvaloriza a diario.

Existe una pérdida de confianza en las instituciones financieras y en el gobierno. Se producen retiros masivos de dinero.

Las consecuencias de la hiperinflación pueden ser muy graves para la economía nacional.

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Las causas que provocan hiperinflación

Los factores que desencadenan procesos hiperinflacionarios pueden ser muy variados. Desde problemas meramente económicos hasta conflictos políticos. Intentaremos desarrollar aquellas causas más comunes.

Una oferta monetaria desmesurada

Los niveles de precios y servicios estás, por lo general, asociada a la oferta monetaria. La cantidad de dinero en circulación y en manos de la población es un resorte de las políticas monetarias de los gobiernos y sus bancos centrales.

Existen ejemplos concretos en los cuales la hiperinflación se desarrolla como resultado de tratar de contrarrestar un período de depresión.

La economía de un país se encuentra estancada o en retroceso. El consumo cae con resultados negativos para la producción y aumenta la tasa de desempleo. Lo mismo ocurre en procesos de recesión, aunque en períodos más cortos.

Frente a este cuadro de situación, los responsables de la política monetaria intentan estimular el consumo. Para ello, aumentan la oferta monetaria. Emisión, baja en las tasas de interés para fomentar el crédito. Podríamos decir que esta es una medida ortodoxa para las recesiones o depresiones.

Sin embargo, si el aumento de la oferta monetaria no está acompañado de un crecimiento en los sectores productivos, la consecuencia puede ser la hiperinflación.

Con una masa de dinero en circulación elevada y un estancamiento del Producto Interno Bruto, el resultado puede ser problemático. Las empresas aumentan los precios de los bienes y servicios intentando capturar ese exceso de dinero. La inflación crece más allá de los niveles admisibles.

Si la oferta monetaria no está acompañada de un fortalecimiento del PIB, la espiral inflacionaria podría descontrolarse.

Pérdida de confianza en la moneda local y en la economía

A medida que los niveles de inflación avanzan, empresas y consumidores comienzan a perder la confianza en la moneda local. Una tasa de inflación por encima de los niveles aceptables, elevan las preocupaciones de productores y consumidores.

Los ahorros se retiran de bancos e instituciones financieras. Los consumidores lo hacen para acumular bienes. Las empresas buscan intercambiar la divisa local por monedas más estables y fuertes. Esto provoca una devaluación de hecho. Por lo general, la estabilidad de cambio entre la divisa del país y el dólar está quebrada. La moneda norteamericana se revaloriza de manera constante.

Por otro lado, las inversiones extranjeras tratan de alejarse de las zozobras de la economía. Hay un fuerte retiro de los capitales internacionales y esto exacerba aún más la pérdida de valor de la moneda local. Cuando esto ocurre, los gobiernos intentan detener la sangría de capital con mayores controles. El resultado es una amplificación de los problemas de la economía.

La hiperinflación encuentra las “mejores condiciones” para su desarrollo en escenarios de crisis complejos. Las medidas ortodoxas en materia de política monetaria han resultados ineficientes para contener estos procesos. Se requieren fuertes compromisos para que la mayor oferta monetaria estimule no solo el consumo, sino la producción. Sin este último engranaje, son pocas las posibilidades de contener la espiral inflacionaria.

Conozcamos algunos ejemplos

Como señalamos antes, la hiperinflación es menos frecuente en países desarrollados. Argentina, Venezuela, Rusia y otros han transitado procesos de alza descontrolada de precios. En algunos casos, como Argentina en 1989, desenvolvió una crisis a nivel político que acabó, de manera anticipada, con el gobierno de Raúl Alfonsín.

Sin embargo, naciones desarrolladas vivieron procesos de hiperinflación muy recordados. Es el caso de Alemania en las postrimerías de la Primera Guerra Mundial. En la década de 1930 el alza de precios alcanzó niveles escalofriantes. El cambio entre el dólar y el marco alemán se ubicó en 1 dólar = 1 millón de marcos.

El gobierno de Alemania llegó a emitir billetes de 1 millón de marcos. La emisión monetaria de volvió descontrolada. Este es un claro ejemplo de cómo la depresión económica, resultado de la guerra, provocó hiperinflación.

En la próxima entrega de Club de Capitales hablaremos de estanflación. De esta forma, intentaremos cerrar el círculo de conceptos referidos a fenómenos que afectan el comportamiento de los precios de bienes y servicios. Suscríbase a nuestro canal de noticias y reciba la mejor información de mercados financieros, economía y finanzas.