El término se populariza cada vez más. Su uso se ha extendido a todo el mundo. Así es, las monedas virtuales ya son parte de la vida de las personas y de los mercados financieros. Aunque, la realidad es que su uso no está tan masificado como se esperaba. Las monedas virtuales son un subconjunto de activos dentro de las monedas digitales. Al mismo tiempo, incorporan dentro de si a las criptomonedas. Es decir que estas últimas son una variedad de moneda virtual. Pero dentro de este grupo que analizaremos en este artículo, existen otros activos que participan de la vida económica y financiera de las personas. Vamos a conocer qué son las monedas virtuales, cómo funcionan y cuál es el marco legal en el que se mueven.

¿Qué son las monedas virtuales?

Una moneda virtual es un activo que carece de representación física, a diferencia de las monedas fiduciarias. Esta característica convierte a las monedas virtuales en un subconjunto dentro de las monedas digitales.

Sin embargo, la característica más destacada de estas monedas es que no se encuentra reguladas y bajo ninguna centralización por parte de instituciones estatales. Son emitidas y controladas por sectores privados.

Todas las operaciones de control, distribución y gestión de las monedas virtuales están a cargo de sus emisores, desarrolladores y patrocinadores. Un ejemplo típico de esto que estamos diciendo son los tokens que utilizan los gamers en los juegos en línea. Mediante esos tokens, los jugadores pueden comprar atributos para sus juegos, obtener premios, etcétera.

Dadas estas características podemos concluir que las criptomonedas son un tipo de monedas virtuales.

Si retrocedemos en el tiempo, podemos encontrar una de las primeras definiciones sobre estas monedas a través del Banco Central Europeo. En 2012, el BCE definió a las monedas virtuales como “dinero digital en un entorno no regulado, emitido y controlado por sus desarrolladores y utilizado como método de pago entre los miembros de un entorno virtual específico”.

El presente de las monedas virtuales

En la actualidad, estas monedas no han logrado imponerse como medio de pago masivo. La sociedad aún mantiene un recelo respecto a un activo que se mueve en un entorno no regulado y sin un respaldo real.

Sin embargo, algunas criptomonedas como el Bitcoin son utilizadas como reserva de valor. El importante movimiento de precios del BTC está relacionado con acciones de tipo especulativo.

La masificación de los entornos virtuales abre la posibilidad de un uso más extendido de las monedas virtuales. A pesar de esto, la mayoría de los países no cuentan con regulaciones para el uso de este subgrupo de monedas digitales.

Los avances en este terreno son pocos. En El Salvador, el Bitcoin es una moneda de curso legal. Aunque no podemos nombrar más ejemplos de este tipo.

Los mercados financieros del mundo no cuentan con estándares de regulación. Sabemos que los organismos de regulación de Estados Unidos, como la SEC, están evaluando crear un marco regulatorio para las operaciones con monedas virtuales.

Clasificación por su forma de funcionamiento

Existen dos tipos bien definidos de monedas virtuales. Estos tipos están vinculados con el entorno en donde se mueven.

Monedas virtuales cerradas

Las divisas virtuales que se mueven de forma exclusiva en un entorno regulado y bajo el estricto control de sus desarrolladores son consideradas monedas virtuales cerradas.

Solo pueden ser intercambiadas dentro del entorno. No pueden ser convertidas a otro tipo de divisas, ni digitales ni fiduciarias.

Es el caso que mencionamos antes de los sistemas de juegos online. Solo pueden ser utilizadas por quienes participan de la red de juegos y no tienen existencia por fuera de ellos.

Otro ejemplo, aunque no parezca que pertenecen a un entorno de monedas virtuales son los sistemas de millas de las compañías aéreas. Actúan como un valor, se pueden comprar millas e intercambiar por millas. Sin embargo, fuera de ese entorno carecen de valor.

Monedas virtuales abiertas

Estos activos tienen se los conoce también como monedas virtuales convertibles. Operan en un entorno abierto y pueden intercambiarse por otro tipo de divisas. El ejemplo más representativo de estas monedas son las criptomonedas.

Los Bitcoins, Ethereum y otros cientos de ellas puede adquirirse utilizando monedas fiduciarias u otros activos digitales. Las conversiones pueden realizarse dentro o fuera de la plataforma donde operan.

Cuando se realiza una Oferta Inicial de Monedas (ICO), los tokens adquiridos pueden ser abiertos o cerrados. Esto dependerá de cómo se realice la oferta. Una ICO abierta permite la participación de cualquier inversor. La cerrada se limita a quienes conforman el entorno de la startup.

Ventajas y desventajas

Las monedas virtuales reúnen muchos de los pros y los contras que ya hemos mencionado en nuestro artículo anterior sobre monedas digitales. Sin embargo, nos resulta oportuno hacer un repaso y una ampliación de estas ventajas y desventajas.

Ventajas de las monedas virtuales

Sin dudas, una de las principales ventajas de las monedas virtuales es que se prescinde de los costos de fabricación y almacenamiento. Problemas propios de las monedas fiduciarias.

Quienes utilizan estas monedas rescatan el hecho de acelerar los tiempos de transferencias. Con las divisas virtuales las barreras geográficas han desaparecido.

Las operaciones no necesitan de intermediarios ni cámaras compensadoras. Esto reduce los costos de las transacciones haciéndolos casi nulos.

Las criptomonedas se han convertido en activos de inversión y especulación. Debido a esto, muchas entidades financieras ya las están considerando como medios de pago y de transacciones.

Desventajas

Las billeteras virtuales y las casas de intercambio, Exchange, son objeto permanente de la piratería informática. A diario podemos leer los ataques de hackers a entidades y particulares. Las monedas virtuales son utilizadas, también, como medio de pago de rescate en las acciones de pishing o secuestro de equipos.

Aunque las monedas virtuales no se almacenan físicamente, los Exchange cobran costos por mantenimiento y custodia de estos valores. Por otro lado, divisas como las criptomonedas requieren de grandes instalaciones para su desarrollo y control. Es conocido que los servidores donde se “minan” monedas como el BTC poseen un elevado consumo de energía.

Otro punto conflictivo es el de las estafas a través de las Ofertas Iniciales de Monedas. Muchos tokens ofrecidos lograron altas cotizaciones durante las ICO para luego revelarse como inexistentes. Esto pone de manifiesto que las monedas virtuales, al carecer de regulación, dejan expuestos a los inversores que no pueden proteger sus intereses frente a este tipo de problemas.

Poco a poco, las monedas virtuales se van incorporando a los mercados financieros. Si usted quiere convertirse en un trader profesional no debe descuidar este aspecto. Conozca todos los secretos del trading en nuestra Escuela de Trading. Los mejores programas de formación online para que pueda realizarlos desde la comodidad de su hogar y en los tiempos que tenga disponibles.