La volatilidad es un concepto que está siempre presente cuando hacemos referencia a un mercado o a un activo financiero. Se trata de una métrica estadística que nos permite conocer la dispersión en el rendimiento de un instrumento o un índice en particular. Para los analistas, a una mayor volatilidad corresponde un nivel más elevado de riesgo financiero. Para calcular estas desviaciones se utilizan la varianza o la desviación estándar. Esta medida es considerada de vital importancia para quienes operan en los mercados financieros. Conoceremos de qué se trata la volatilidad, cómo calcularla y cómo sacarle provecho para nuestras inversiones o trading.
¿Qué es la volatilidad?
Cuando analizamos un mercado o un instrumento financiero, antes de realizar una inversión o una operación de trading, nos preguntamos cuál es la volatilidad de ese instrumento.
Esto quiere decir que quienes operan en los mercados financieros están familiarizados con la volatilidad. Sin embargo, lo que nos interesa abordar con profundidad es conocer qué es esto tan importante que nos interesa conocer de un valor.
La volatilidad es una métrica que se realiza a partir de cálculos estadísticos. Con ella podemos conocer el grado de incertidumbre en la variación en el valor de un instrumento, un índice, etcétera. Nos permite saber el tamaño de esos cambios potenciales.
Por medio de la volatilidad, los inversores pueden conocer si el activo sufre cambios bruscos en el rendimiento en un período de tiempo.
Una cosa que tenemos que saber es que la volatilidad se expresa en porcentajes y nos habla del grado en la variabilidad.
Si bien, la volatilidad financiera está asociada con el riesgo de pérdidas, algunas estrategias de trading se basan en activos volátiles. Un ejemplo de esto es el Day Trading. Los operadores de esta estrategia buscan esos cambios bruscos en el precio de un activo durante una jornada. Entran y salen de sus posiciones conforme se mueva la volatilidad.
Por medio de la varianza, un cálculo estadístico, se puede determinar el grado de dispersión en el precio de un activo a partir de su media.
Usted, como trader o inversor, puede encontrar datos de volatilidad de diferentes activos en los medios especializados. No obstante, a continuación, veremos cómo mediante un procedimiento sencillo obtendremos la volatilidad de un activo.
Un sencillo método de cálculo
Lo que veremos a continuación es un método de cálculo de la volatilidad que usted podrá realizar con la ayuda de una planilla de cálculo.
- En una columna listaremos los precios del activo durante un período de tiempo, como lo indica el ejemplo en la imagen.
- Nuestro segundo paso será sumar todos los precios y luego dividirlo por la cantidad de datos introducidos. En nuestro ejemplo es 36/8 = 4,50. Este resultado será un precio medio o promedio.
- Ahora vamos a calcular la diferencia de cada valor y el precio medio. Algunos resultados de esta diferencia serán negativos. No se preocupe. Cada uno de estos resultados se conoce como desviación.
- A continuación, vamos a elevar al cuadrado cada una de las desviaciones. De esta forma se eliminarán todos los negativos.
- Sumemos todos los resultados de los cuadrados de las desviaciones.
- A la suma de los cuadrados la dividiremos por la cantidad de datos introducidos (8). Será la desviación y, si a ese resultado le sacamos la raíz cuadrada, obtendremos la desviación estándar.

Cálculo de la volatilidad de un activo
El resultado que hemos obtenidos con este cálculo de la volatilidad de un activo es una medida del riesgo. Usted ahora puede ver cómo los valores se distribuyen alrededor de un promedio y conocer el grado de volatilidad.
Por lo general, se considera que el 68% de los precios del valor se ubicarán dentro de una desviación estándar. El 95% estará dentro de las 2 desviaciones estándares y el 99,7%, incluidos en las 3 desviaciones.
Volatilidad histórica y volatilidad implícita
La volatilidad histórica mide y está basada en datos del pasado. Para calcularla nos remitimos a los precios o valores históricos. Se la conoce también como volatilidad estadística.
Lo que esta métrica nos devuelve es lo ocurrido con los precios en un período de tiempo anterior. Es por eso que, los analistas tienen sus reparos a la hora de utilizarla.
Lo que sí es considerado en la VH es su curva de evolución. Si la curva es descendente, el riesgo disminuye y viceversa.
Por su parte, la volatilidad implícita es un cálculo proyectado. Nos permite analizar el comportamiento del riesgo a futuro. Es muy considerado por aquellos que operan en el mercado de opciones.
Este cálculo se realiza a partir de los precios de los contratos de opciones y nos permite proyectar que tan volátil será un activo.
Conclusiones
Si lo que se busca es conocer la confianza de los inversores y no quiere recurrir a cálculos, el índice de volatilidad VIX es una buena alternativa. Este indicador es gestionado por el Chicago Board Options Exchange. Se calcula sobre la base de la evolución de los precios de los contratos de opciones de compra y venta del S&P 500. A medida que el VIX crece hay una consideración de incremento del riesgo.
Como conclusión, la volatilidad financiera nos permite conocer el riesgo de mercados y activos. Pero, más allá de ello, esta estadística permite a los operadores que basan su comercio en los cambios de precios tener una perspectiva.
Tenga en cuenta que la volatilidad puede variar de acuerdo con el marco temporal utilizado. Un activo puede ser volátil a lo largo de la jornada y mucho menos riesgoso si lo medimos en días o semanas.
En nuestra próxima entrega analizaremos el Índice de Volatilidad CBOE VIX. Conoceremos cómo se elabora y cómo leerlo y aplicarlo a nuestros planes de trading. Recuerde suscribirse a nuestro canal de noticias para recibir, a diario, nuestros artículos sobre mercados financieros.
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