A lo largo de numerosos artículos, hemos abordado dos instrumentos financieros muy interesantes: ETF y Fondos Mutuos. Son los preferidos de los pequeños inversores y en los últimos años han registrado un importante crecimiento. Los ETF y los fondos mutuos tienen como característica común que reúnen el dinero de numerosos inversores, para luego reinvertirlos en la compra de otros activos. Más allá de las similitudes y fortaleces que exhiben ETF y fondos mutuos, es importante establecer sus diferencias. La intención es que nuestros lectores cuenten con sólidas bases antes de tomar la decisión de qué tipo de instrumento elegir.
La popularidad de los ETF y fondos mutuos
Tanto los ETF como los fondos mutuos han registrado un importante crecimiento entre los inversores pequeños e individuales. Solo basta conocer algunas cifras para comprobar la certeza de esta afirmación.
Un estudio de 2018 indicaba que ese año existían 8.059 fondos mutuos con inversiones por 17,71 billones de dólares. En el mismo año, los ETF ascendían a 1.988, con inversiones por 3,37 billones de dólares. Esto solo en Estados Unidos. La mayoría de los países desarrollados y emergentes cuentan con instrumentos financieros similares.
Los ETF y fondos mutuos funcionan a partir de reunir el dinero de numerosos inversores. Con ese dinero, ambos tipos de fondos compran diferentes clases de activos – acciones, bonos, certificados, etc. – y la rentabilidad que les generan los activos que han adquirido se distribuyen entre los inversores.
Para muchos pequeños inversores, participar de ETF y fondos mutuos es la oportunidad de ingresar a mercados que, de otra manera, hubieran sido inaccesibles. A través de estos fondos, un inversor puede participar de una Oferta Pública Inicial. De otra manera, esto está reservado para grandes inversores institucionales y estos fondos lo son.
El tipo de inversiones que realizarán los ETF y fondos mutuos no pueden ser una sorpresa para el potencial inversor. Los fondos deben indicar en su prospecto a qué tipo de activos y mercados dirigirán las inversiones. De esta manera, el inversor puede seleccionar el fondo que mejor represente el riesgo que está dispuesto a asumir.
Existen fondos con estrategias más riesgosas y otras más conservadoras. Ambas estrategias son consideradas correctas y dependerá de cuánto riesgo quiera asumir el inversor.
Has aquí hemos visto características y similitudes que poseen ETF y fondos mutuos. Veamos, ahora, sus diferencias.
La gestión, una gran diferencia entre ambos fondos
ETF y fondos mutuos se diferencian por el tipo de gestión que poseen. Mientras los fondos cotizados en bolsa (ETF) cuentan con una gestión pasiva, los fondos mutuos poseen una administración activa.
¿Qué significa esto? Los ETF por lo general son fondos que rastrean un índice, por ejemplo, el S&P 500. Para ello, invierten en acciones tratando de replicar la composición del índice. Para esto no se requieren grandes administradores y profesionales de tiempo completo. El ETF no está variando su cartera de inversiones de acuerdo con los movimientos del mercado.
Por el contrario, los fondos mutuos cuentan con una administración activa. Poseen un asesor financiero que está en la toma permanente de decisiones. Compra y vende activos, de acuerdo con la marcha del mercado. Para ello cuenta con un equipo de asesores y profesionales que siguen detenidamente el comportamiento de la cartera de inversiones.
Esta diferencia entre ETF y fondos mutuos no es menor. Una administración activa puede redundar en mejores rendimientos para los inversores del fondo.
Por otro lado, esta diferencia en la gestión entre ETF y fondos mutuos resulta en una diferencia en los costos.
Los fondos mutuos, con su administración activa, posee costos más elevados que los ETF. Por lo tanto, los inversores deberán afrontar tarifas más elevadas. Este punto es muy importante a la hora de considerar una inversión en uno u otro fondo.
ETF y fondos mutuos en los mercados
Los fondos cotizados en bolsa (ETF) se negocian de manera similar a las acciones. Los inversores pueden comprar y vender acciones del fondo a lo largo de la jornada bursátil. El precio se determina por la oferta y la demanda.
Al mismo tiempo, y por esta misma metodología de comercialización, el ETF se puede vender al descubierto.
En el caso de los fondos mutuos, los inversores negocian la compra y la venta de acciones de manera directa con el fondo. El Valor Liquidativo por Acción (NAV) queda establecido al final de la jornada y de acuerdo con el comportamiento de los subyacentes.
Dos clasificaciones legales de fondos mutuos
Hemos mencionado en otras entregas que un fondo mutuo es un instrumento financiero al mismo tiempo que una empresa. Emite acciones que son adquiridas por los inversores. De esta forma, ellos participan de un fondo mutuo.
Así es que surgen dos clasificaciones legales para los fondos mutuos:
- Fondos de capital variable: Este tipo de fondos son los de mayor popularidad y aceptación. Los inversores compran y venden acciones del fondo de manera directa con este. Los administradores, a medida que crece la demanda de acciones del fondo, puede emitir nuevas acciones. El precio de cada acción se determina por la cantidad en circulación y el comportamiento de la cartera de inversiones.
- Fondos cerrados: A diferencia del anterior, estos fondos emiten una cantidad invariable de acciones. No pueden realizar nuevas emisiones durante la vigencia del fondo. Por lo tanto, si existe una mayor demanda, esta deberá satisfacerse entre los mismos inversores. En este tipo de fondos mutuos, el precio no está determinado por el NAV sino por la demanda. Los inversores cobrarán o pagarán una prima o un descuento sobre el valor liquidativo.
Tres clasificaciones legales para los fondos cotizados en bolsa
Ya vimos las dos clasificaciones legales que poseen los fondos mutuos. Ahora veremos cuáles corresponden a los ETF. Esta segmentación legal es, a su vez, importante para establecer las diferencias entre ETF y fondos mutuos.
- ETF de Índice Abierto: Estos fondos fueron creados bajo la Ley de Sociedades de Inversión de 1940. Para este tipo, los dividendos que reciben se reinvierten el mismo día y se distribuyen entre los accionistas cada trimestre y en efectivo.
- ETF de Unidades de Inversión: También creados al amparo de la Ley de las SEC de 1940. Estos fondos tienen como condición intentar replicar lo más exactamente posible un índice. Poseen limitaciones para ponderaciones adicionales. Estos fondos no reinvierten los dividendos. Pagan las ganancias a sus inversores de forma trimestral y en efectivo.
- Fideicomiso Otorgante: Se trata de un ETF que guarda cierta similitud con un fondo mutuo cerrado. En este caso, el inversor del ETF es titular de las acciones subyacentes que posee el fondo. Eso también convierte al inversor en un sujeto con derecho a voto por la tenencia de acciones. Los dividendos que recibe el ETF no se reinvierten, sino que se pagan directamente a los inversores.
Las diferencias y similitudes que existen entre ETF y fondos mutuos son manifiestas. A partir de ellas, nuestro interés es que usted tome la mejor decisión si está pensando en invertir en este tipo de instrumentos.
Nos complacería que nos deje su comentario y nos cuente qué fondo elegiría para sus inversiones y porqué. También queremos aprovechar la oportunidad para invitarlo a conocer nuestra Escuela de Trading. Allí, encontrará los mejores programas de formación que lo ayudarán a invertir como un verdadero profesional de los mercados. Visítenos.
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