La mayor parte de los asesores financieros recomienda al inversor una cartera de inversión diversificada. Integrarla con acciones o fondos indexados, bonos y algo de efectivo. El objetivo es obtener la mayor rentabilidad posible y una adecuada gestión del riesgo. Sin embargo, algunos inversores prefieren algo más conservador y elijen invertir y gestionar una cartera de bonos. El principal interés de quienes conforman su portafolios de esta manera es contar con ingresos previsibles y activos de poca volatilidad.
Es cierto que, a simple vista, la gestión de una cartera de bonos aparece como “muy cómoda”. Esto no es del todo cierto, administrar un portafolios integrado en su totalidad por títulos de deuda y otros activos de renta fija puede ser una tarea muy apasionante.
En esta entrega de Club de Capitales hablaremos de algunas estrategias para gestionar una cartera de inversión basada en bonos. Estamos convencidos que encontrará una estrategia que se adecue a sus objetivos y su tolerancia al riesgo.
Gestionar una cartera de bonos tiene sus desafíos
En la consideración general, los bonos, títulos de deuda y otros activos de renta fija conforman instrumentos poco riesgosos. Usted compra el bono, recibe los intereses periódicos del cupón y, al final del vencimiento, recupera su capital invertido. Así presentadas las cosas resultan bastante sencillas.
No obstante, los bonos están sujetos a los cambios de las tasas de interés, al futuro de una empresa en el caso de los títulos corporativos y otros factores macroeconómicos. Así es que ya podemos concluir que gestionar una cartera de bonos requiere de su atención o, por caso, de su administrador de carteras.
Un portafolios de bonos ofrece la posibilidad de asegurar ingresos periódicos mediante sus cupones. También puede obtener una ganancia si el bono subió en el mercado secundario.
A las estrategias para gestionar la cartera de bonos podemos dividirlas entre pasivas y activas. A su vez, en el medio de ambas, existen estrategias que reúnen características de inversiones pasivas y activas.
¿Cómo gestionar de forma pasiva su cartera de títulos de deuda?
La gestión pasiva de su cartera de inversión aparece, a simple vista, como algo bastante sencillo de llevar adelante. En las páginas de Club de Capitales ya hemos hablado sobre las diferencias entre una gestión activa y otra pasiva.
En el caso de la cartera de bonos, una estrategia pasiva está lejos de ser algo simple y basada en la comodidad del inversor. El lema de estas formas de gestionar una cartera de bonos es “comprar y mantener”.
Pero antes de comprar, deberá haber hecho su tarea de análisis de inversiones. Una estrategia pasiva implica que sus instrumentos, en este caso bonos de deuda, generen ingresos periódicos a través de los cupones. Además, si quiere mantener los bonos hasta su vencimiento, deberá asegurarse la solidez del emisor.
En esta estrategia, usted como inversor, mantendrá sus bonos sin importar el rendimiento en el mercado secundario. Sus principales decisiones pasarán por el destino de los ingresos periódico. Puede reinvertirlos en nuevos títulos o valerse de ellos para sus necesidades.
Su cartera de bonos puede beneficiarse de las primas o descuentos al adquirirlos al momento de su emisión.
En esta estrategia de gestión, los cambios en las tasas de interés que dispongan los bancos centrales no tienen incidencia.
Gestionar de manera pasiva una cartera de bonos ofrece como ventaja las pocas tarifas que se pagan por transacciones. Al “comprar y mantener” el inversor no incurre en costos de operaciones, más que las iniciales.
Gestionar una cartera de bonos de manera pasiva funciona muy bien en tiempos de tasas altas. Como inversor debe enfocarse en aquellos títulos de alta calidad – calificación crediticia – emitidos por gobiernos y corporaciones.
Escalonar su cartera de bonos
Se trata de una estrategia de inversión que combina un estilo pasivo con cierto grado de actividad por parte de inversor.
Si bien la estrategia principal consiste en “comprar y mantener”, la gestión consiste en escalonar los vencimientos de cada título que integra la cartera. Es decir, dividir los vencimientos en el total del horizonte temporal del inversor.
¿Qué se busca con esta forma de gestionar una cartera de bonos? El objetivo fundamental es que, al cabo de unos años de mantenimiento de la cartera, el inversor reciba ingresos por dos vías. Por un lado, desde la adquisición de los bonos, recibirá el pago de los cupones. Poro otro lado, cada año irá recuperando el capital invertido. En este caso, puede reinvertir la recuperación o utilizarla para otros fines.
Gestión basada en la indexación
Veamos, ahora, otra estrategia que combina formas activas y pasivas. Si bien predominan las inversiones pasivas, el inversor deberá actuar periódicamente para gestionar su cartera de bonos.
Lo primero que deberá hacer el inversor es seleccionar un índice de bonos. Luego, integrará la cartera imitando al índice seleccionado. Los inversores que se inclinan por esta estrategia suelen elegir el Barclays U.S. Aggregate Bond Index.
Es necesario hacer una advertencia. Esta estrategia requiere una integración importante para imitar el índice ya que rastrea una cantidad grande de bonos. La parte activa de esta estrategia es que, periódicamente, deberá reequilibrar la cartera para acompañar los cambios en el índice.
Esto último traerá aparejado un incremento en los costos debido al mayor número de transacciones para ajustar su cartera de bonos.
Estrategia de inmunización de la cartera de bonos
Para poner en práctica esta estrategia, el inversor necesita asignar a su cartera de bonos aquellos títulos que se protegen contra fluctuaciones. Nos estamos refiriendo a los cambios en la tasa de interés.
Para la conformación de una cartera de bonos de estas características, los administradores se inclinan por bonos cupón cero.
Estos títulos de deuda no pagan intereses periódicos a los tenedores. Se trata de instrumentos que se venden con un importante descuento sobre el valor nominal. Por ejemplo, el inversor adquiere un bono con un valor nominal de $ 10.000 a un precio con descuento de $ 3.500. al vencimiento, el tenedor recibirá los $ 10.000, obteniendo una ganancia de $ 6.500.
En esa ganancia, el emisor ha incorporado un interés probable. Los inversores tratan de hacer coincidir los vencimientos de estos títulos con sus necesidades de efectivo. De esta forma, la cartera de bonos ofrece un flujo de caja que coincide con sus pasivos.
Una estrategia activa para sus bonos
Se trata de una gestión muy profesional de su cartera de bonos. Su administrador o usted buscarán las mejores oportunidades en los títulos de deuda que ofrece el mercado de renta fija.
Aquí, el reequilibrio de su portafolios se vuelve más frecuente. “comprar y mantener” ya no estará en su horizonte estratégico.
Se trata de operar con las mejores oportunidades, aun con los cambios de escenario que se producen en los mercados.
Por supuesto que, esta estrategia supone lograr un nivel de rentabilidad mayor. Al mismo tiempo se incrementan los riesgos.
Otro elemento que deberá considerar son los costos adicionales que tendrá que afrontar por una mayor cantidad de operaciones de compra y venta.
¿Cómo se establece el rendimiento de los bonos? Conozca más haciendo clic aquí.
Gestionar una cartera de bonos ofrece la posibilidad de estrategias diversas al inversor. La elección de la más adecuada dependerá de varios factores. El capital por invertir, los objetivos y rentabilidad deseada y la tolerancia al riesgo. Todo esto deberá ser considerado por su administrador de cartera con toda la información proporcionada.
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