Con la muerte de David Rockefeller se cierra uno de los capítulos más trascendentes de la historia de esta familia, vinculada con las finanzas, la economía, las artes y la política. David fue el menor de los nietos de John D. Rockefeller, fundador de Standard Oil la empresa petrolera sobre la cual se construyó todo un imperio financiero. David Rockefeller fue el único de sus cinco hermanos que dedicó su vida entera a los negocios y las corporaciones familiares. Reconocido, también, como un hombre de poderosos contactos políticos alrededor del mundo, filántropo y gran conocedor del pulso de los acontecimientos. Alabado, criticados y hasta, denostado, David fue un hombre con una historia por detrás.

David Rockefeller, emprendedor de toda una vida

Nacido un 12 de junio de 1915, David Rockefeller, recibió una intensa formación en los negocios, como si de antemano fuera el depositario de los destinos de la primera familia millonaria de los Estados Unidos. Estudió en Masters School de la Universidad Lincoln de New York y en 1936 se graduó en la Universidad de Harvard. Posteriormente, recibió un doctorado de la Universidad de Chicago con su tesis “Recursos no utilizados y desperdicios económicos”.

A pesar de su acomodado origen, David tuvo su primer trabajo formal respondiendo cartas que recibía el, entonces, alcalde de New York Fiorello LaGuardia, a razón de 1 dólar por carta.

A la edad de 30 años se sumó al Chase National Bank, donde los Rockefeller eran los principales accionistas. Aunque, frecuentemente, David Rockefeller era acusado de ser el consentido del directorio del Chase, pasó por una gran cantidad de puestos antes de convertirse el Ceo del Banco, y durante una década el subterráneo de New York lo tuvo como pasajero habitual.

David se mantuvo al frente del Chase hasta su jubilación en 1981. En la década del 60 utilizó sus fuertes relaciones políticas internacionales y le dio un fuerte impulso a la apertura de sucursales fuera del país, pasando de 11 a 73 y siendo el primer banco en contar con oficinas en Moscú y Beijing.

David, el newyorker

David Rockefeller fue un gran impulsor del desarrollo de la ciudad de New York, en diversos aspectos. Uno de los más importantes, el sector inmobiliario donde apostó al desarrollo de oficinas comerciales y toda el área que hoy ocupan los negocios de Wall Street. Uno de los más destacados fue el Rockefeller Center, iniciado por su padre en 1932.

Michael Bloomberg, ex alcalde de New York, supo decir de David “Ningún individuo ha contribuido más en la vida comercial y cívica de la ciudad de New York durante un período de tiempo tan largo, como David Rockefeller”.

Filantropía estilo Rockefeller

La obra de David Rockefeller trasciende también por sus acciones filantrópicas. Algo que el mismo considera un legada a las generaciones futuras de los Rockefeller. En 2006, David legó 225 millones de dólares a la fundación creada por él y sus hermanos en 1940 y cuya misión era promover el cambio social en todo el planeta.

El prestigioso Museo de Arte Moderno de New York – que tuvo en su madre a una de las fundadoras – recibió, en 2005, una importante suma de dinero en concepto de donación junto a la Universidad Rockefeller, una escuela de investigaciones médicas fundada por John D. Rockefeller.

En 2008, David donó 100 millones de dólares a la Universidad de Harvard, a la que consideró siempre la responsable de su fructífera formación.

Fin de ciclo

David Rockefeller trascendió más allá de los negocios. Su red de contactos políticos fue objeto de admiración y de crítica. El nieto del fundador de Standard Oil no tuvo empacho en reunirse con hombres de todas las extracciones del pensamiento, esto incluyó a personajes como el líder cubano Fidel Castro y Saddam Hussein. Fue un aliado insustituible de Henry Kissinger.

También debió enfrentar fuertes tormentas cuando en la década del 70, la influencia del Chase Manhattan Bank se reducía a manos del Citibank. Fue amenazado con ser desplazado, pero este hombre de grandes visiones, logró reposicionar al banco. Por eso, fue grande su sorpresa cuando ya retirado, se produjo la fusión entre JPMorgan y el Chase, que durante muchos años fueron los principales rivales del sistema financiero norteamericano.

La muerte de David Rockefeller, a los 101 años de edad, pone su legado en manos de la cuarta generación de la familia. Pero todos saben que ya nada será igual.

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