Con este artículo damos comienzo a una serie en la cual ofrecemos a nuestros lectores un análisis pormenorizado de los contratos de futuros. Este tipo de instrumentos financieros constituyen una oportunidad de inversiones. Para ello, nos sumergiremos en conocer los distintos aspectos de funcionamiento y las consideraciones más importantes. Hablaremos acerca del funcionamiento de los mercados que operan con este tipo de contratos, para llegar, finalmente, a conocer sus aspectos más relevantes en el mundo real.

¿Qué son los contratos de futuros?

Básicamente, los contratos de futuros son acuerdos que involucran a dos partes. Una parte compradora y otra parte vendedora. El objeto de estos contratos es, ni más ni menos que comprar o vender un determinado activo financiero a un precio y a una fecha a futuro previamente especificados. El activo, objeto del contrato, es también conocido como activo subyacente.

En los contratos de futuros el comprador se compromete a pagar un precio determinado al vendedor por la entrega de un producto. El ejemplo clásico de un contrato de futuros es el del petróleo. Allí, la unidad básica es la de 1.000 barriles de petróleo a entregar en una fecha determinada. Pero, la evolución que han tenido los contratos de futuros ha permitido que en la actualidad sea muy amplia la variedad de activos subyacentes comercializados.

En la actualidad, los contratos de futuros se celebran de manera electrónica. Los mercados encargados de regular el funcionamiento de estos contratos, y que veremos más adelante, ofrecen en tiempo real la cotización que se van estableciendo para los distintos activos, de acuerdo a los contratos realizados. Esto permite a los inversores tener un pulso de como evolucionaran en el futuro esos activos.

Los contratos de futuros en la historia

Estos contratos aparecieron a finales del siglo XIX. Tenían como principal objetivo proteger a los productores de materias primas, en particular los productores agrícolas, de las profundas variaciones de precios. De esta manera, un agricultor se comprometía a entregar su cosecha a una compañía procesadora. Se establecía un plazo determinado y un precio establecido al momento de la celebración del contrato.

Los mercados de futuros, en sus inicios, conocidos como “forwards”. Operaban en lugares donde se reunían productores y compradores y a viva voz se celebraban los convenios.

De esta forma, los productores de materias primas se protegían contra el riesgo de la caída de los precios. Pero, los contratos de futuros son utilizados en la actualidad, además, por inversores y comerciantes para especular. Con una visión a futuro de cómo se moverá un determinado activo, especulan hacia dónde se dirige el mercado.

Los activos subyacentes

Aunque su origen fueron los productos agrícolas, los contratos de futuros hoy incluyen un amplio espectro de activos subyacentes. Se celebran contratos con metales, energía, bonos del Tesoro, evolución de los índices bursátiles.

Las bolsas de futuros que existen en todo el mundo son el lugar donde se realizan las operaciones y estas se encuentran reguladas por distintos organismos estatales. En la próxima entrega de nuestra Escuela de Trading conoceremos más en profundidad el funcionamiento de los mercados de futuros.