Con el presente artículo, damos inicio a una serie de aportes referidos al mercado de bonos. Este mercado es, sin lugar a duda, el más grande y voluminoso del mundo. Los bonos son, ya sean estos emitidos por el sector gubernamental o por el sector corporativo, una de las inversiones más atractivas y que permiten una diversificación de la cartera activos por parte de los inversores. Vamos ocuparnos, en esta primera entrega, de conocer qué son los bonos y cómo funciona el precio del bono. Esto va a permitirnos conocer las posibilidades que podemos tener a la hora de invertir en este tipo de activos.

¿Qué es un bono?

Un bono es, sencillamente, la representación de un préstamo de dinero que el comprador del bono le hace al emisor del bono. Los bonos pueden ser emitidos por grandes corporaciones de capital privado o por los gobiernos. A estos últimos se los conoce como deuda soberana ya que están respaldados por los fondos del gobierno que ha emitido esos bonos.

Cuando un gobierno o una empresa emite un bono debe generar un atractivo para que los inversores adquieran esos bonos. Ese atractivo está dado por un interés que pagará anualmente ese bono. Los bonos, al emitirse, vienen acompañados de un cupón con el cual el comprador del bono cobrará anualmente (o en los plazos fijados) ese interés establecido.

Entonces, ya tenemos tres componentes fundamentales de un bono:

Valor nominal: es el precio del bono que figura en el título y, además, es el monto que el emisor pagará al tenedor del bono al momento del vencimiento.

Interés: es el que pagará por medio de cupones el bono adquirido, hasta cumplido su plazo de vencimiento. Ese interés está vinculado con el tiempo de maduración del bono y la tasa de interés de ese momento. Por ejemplo, los bonos a más largo plazo – 10 años, 30 años – pagan intereses más altos, debido a que se los considera más riesgosos que los de mediano o corto plazo.

Plazo de vencimiento: Al momento de la emisión, el emisor del bono debe fijar un plazo en que será reintegrado el capital invertido por parte de los compradores. Existen bonos a corto y mediano plazo – 2 años, 5 años – y bonos a largo plazo – 10 años, 30 años.

Hablemos del precio del bono

En los países con economías más o menos equilibradas, los bonos son emitidos para financiar objetivos específicos. En el caso de los gobiernos, planes de infraestructura y de desarrollo. Las corporaciones, para financiar planes de expansión. En algunos países, con economías más debilitadas, los gobiernos suelen emitir bonos para financiar sus gastos corrientes y esos bonos suelen ser más riesgosos.

Pero, supongamos que una empresa decide tomar del mercado un préstamo de 1 millón de dólares para financiar una nueva línea de productos. Para ello, emitirá 1.000 bonos de 1.000 dólares cada uno que será el valor nominal del bono, con un plazo de vencimiento que puede ser a 2, 5, 10 o 30 años, y con un interés anual determinado, por ejemplo 5%.

Luego, como cualquier activo financiero, los bonos pueden ser comercializados en el mercado abierto y el precio del bono estará determinado por diversos factores.

En la determinación del precio del bono en el mercado, influyen el plazo de vencimiento, las tasas de interés que están vigentes y las condiciones financieras que presenta el emisor del bono en el presente y a futuro.

Los bonos con plazos de vencimiento más largos se los considera más riesgosos, ya que las condiciones financieras y económicas en los plazos largos son impredecibles, por lo tanto, el riesgo de recibir el pago de intereses y al final del plazo, recuperar el valor de lo invertido es mayor.

Los rendimientos y el precio del bono

Como conceptos, diremos que cuando el precio del bono se comercializa al mismo valor que el indicado nominalmente, se dice que cotiza a la par. Si, por el contrario, el bono se comercializa en el mercado a un precio mayor al del valor nominal, se sostiene que negocia a prima y, si se comercializa por debajo de su valor nominal estamos hablando que se negocia a descuento.

El mercado cuenta con una medida para determinar el comportamiento del precio del bono. Se trata de los rendimientos (yield) o, dicho de otra manera, de la Tasa Interna de Retorno. Un cálculo que tiene en cuenta los intereses que paga el bono, el plazo y el valor nominal, contra el precio del mercado.

Es por esto, que los rendimientos, actúan de manera inversa al precio del bono en el mercado. si los precios se negocian en alza, el rendimiento del bono baja. A la inversa, si el precio del bono se negocia a la baja, el rendimiento aumenta.

Tasas de interés y precio del bono

El comportamiento de las tasas de intereses vigentes tiene una influencia decisiva en el precio del bono en el mercado. Si la tasa de interés sube, esto hace menos atractivos los cupones de interese definidos para el un determinado bono y el precio de mercado bajará. En cambio, si las tasas de interés bajan, los cupones serán más atractivos y el precio del bono subirá. Este fenómeno se produce, fundamentalmente, en los bonos a mediano y largo plazo.

En los bonos a corto plazo, el comportamiento de las tasas de interés puede actuar de manera diferente, ya que si la tasa baja, el inversor puede negociar los bonos que posee para luego reinvertir en los nuevos bonos con tasas diferentes.

Los bonos resultan una atractiva forma de inversión. Se trata de activos de renta fija, ya que si el inversor los conserva hasta el final del vencimiento sabrá con bastante exactitud el beneficio que ha de reportarle. Se los considera como una parte indispensable en un portfolio de inversiones y los bonos suelen cobrar mucha entidad en tiempos de alta volatilidad y de incertidumbre en otros activos.

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