Con este artículo, Club de Capitales inicia una serie de notas sobre uno de los instrumentos financieros que integra la cartera de los inversores. Nos estamos refiriendo a los bonos. Estos activos han existido aun antes del nacimiento de los mercados financieros. Los bonos son títulos por medio de los cuales las corporaciones y los gobiernos contraen deuda y lo hacen tomando dinero de los inversores. A cambio, ellos recibirán un interés de acuerdo con el plazo en que se cancelará la deuda contraída. Los bonos son considerados, en algunos casos, como inversiones menos riesgosas que las acciones. Conozcamos más en profundidad estos instrumentos de negocios.

¿Qué son los bonos?

En nuestra introducción hemos dicho que se trata de instrumentos financieros. Cuando una empresa necesita una importante cantidad de dinero para emprender un proyecto, y lo necesario supera a lo que puede obtenerse en un banco, emite obligaciones de deuda que son adquiridas por inversores particulares.

De esta forma, a través de los bonos, las empresas obtienen el dinero que necesita. A cambio, ofrecen a los inversores un interés por el dinero que han recibido en préstamo.

Los gobiernos, en sus diferentes niveles, también emiten bonos. El objetivo es financiar obras de infraestructura, proyectos a largo plazo y, eventualmente, gastos de guerra. Algunos tipos de bonos gubernamentales son considerados inversiones de bajo riesgo debido a la seguridad para recuperar el dinero invertido. Es el caso de los bonos que emite el Tesoro de los Estados Unidos.

Los inversores, al adquirir los bonos, se convierten en acreedores de quien emitió el bono. A este mercado, se lo conoce como mercado de renta fija. Esto se debe a que si el inversor mantiene esta obligación en su poder hasta su vencimiento sabrá con exactitud cuánto dinero recibirá.

Características de los bonos

Cuando una compañía o un gobierno necesita hacerse de fondos para financiar obras y proyecto, emite un bono. Los bonos tienen un valor nominal que es el precio que el inversor pagará por él al adquirirlo en su lanzamiento.

Este valor nominal será el monto que, al vencimiento del plazo establecido en el bono recibirá el inversor. Para que tengamos una idea aproximada de lo que estamos hablando, en concepto de inversiones, los bonos corporativos se emiten, mayormente, por un valor nominal de 1.000 dólares. En el caso de los bonos gubernamentales, su valor nominal suele ser más alto. Estamos hablando de cien mil o un millón de dólares por título.

Para que los inversores se sientan seducidos a invertir en bonos, el emisor debe ofrecer algo a cambio. Es el rendimiento o la tasa de interés que recibirá por el préstamo efectuado. El rendimiento de estos activos financieros se paga de forma trimestral, semestral o anual. Los plazos en los que se pagan los rendimientos los fija de manera anticipada por el emisor. La tasa de interés fijada para un bono puede ser fija o variable.

Como característica particular, existen los bonos con “cupón cero”, es decir que no pagan un interés. En estos casos, el beneficio que recibe el inversor es un descuento sobre el valor nominal en el momento que adquiere el bono.

El rendimiento de un bono está determinado por varios factores. El plazo de vencimiento, las condiciones económicas de la región – inflación y tasa de referencia – y la solvencia del emisor. Si el emisor no posee una base financiera segura deberá ofrecer tasas de interés más elevadas para seducir a los inversores.

Plazos de vencimiento y características del emisor

Todos los bonos tienen poseen una fecha de vencimiento. En ese momento el emisor deberá reembolsar a los tenedores de bonos el monto establecido en el valor nominal.

Los plazos de vencimiento son variables y los establece el emisor. Los bonos corporativos suelen tener plazos de vencimiento que van de uno a cinco años. En el caso de los bonos gubernamental existen aquellos de corto plazo, pocos meses hasta dos años. Los de largo plazo van desde los cinco hasta los treinta años.

Los plazos de vencimiento influyen de forma directa en los rendimientos. Los bonos de largo plazo ofrecen un rendimiento mayor ya que el riesgo de recupero es más alto.

Hablemos ahora del emisor. Las características de éste también impactan en los niveles de rendimiento. Para dar un ejemplo, los títulos de deuda emitidos por el Tesoro de los Estados Unidos son considerados de bajo riesgo debido a la solvencia del emisor. Existen países cuya capacidad de pago está cuestionada, por ello cuando emiten un bono, su rendimiento es elevado para atraer a los inversores.

En el caso de las corporaciones sucede algo similar. Para que los inversores puedan conocer el nivel de riesgo que asumen al adquirir bonos de una compañía, existen las calificaciones de riesgo crediticio. Las agencias son las encargadas de las calificaciones que analizan a las empresas y a sus obligaciones de deuda. Las más importantes de Estados Unidos son Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings.

Hasta aquí hemos visto un pantallazo general de los bonos como instrumentos financieros. Los inversores suelen tener sus carteras de inversiones diversificadas y estos instrumentos ocupan un lugar importante. Si quieres conocer cómo aprender a operar en los mercados de renta fija, te invitamos a sumarte a nuestra Escuela de Trading. Allí conocerás los secretos de estos mercados cómo sacarles el mejor provecho.